Nuestro proyecto avanzaba muy bien, pero últimamente parece que nuestros esfuerzos ya no están dando frutos. Podemos intentar encontrar la razón, pero quizás también, que se trata sólo de un descanso obligado, sólo de un pequeño descanso saludable.
Los quebequenses conocen bien el invierno. Es una estación muy fría donde la naturaleza parece sin vida. Los árboles permanecen erguidos, con los pies en la nieve, pero sin las hojas parecen muertos. No hay frutos en invierno. Sin embargo, todavía hay vida en estos árboles. Las raíces continúan expandiéndose en busca de nutrientes y agua. Las células del árbol comienzan a producir una especie de anticongelante para proteger los futuros cogollos. Se crean nuevas “venas” para permitir que la savia vuelva a subir en la primavera. En resumen, no porque no haya fruto no hay vida.
Una lección que también debemos reconocer en nuestras vidas. Si nuestros esfuerzos ya no parecen dar frutos, eso no significa que debamos abandonarlo todo. Quizás solo estemos en una temporada de descanso y donde estamos llamados a trabajar más en nosotros mismos, en preparación para la primavera.
Si su tiempo de lectura de la Biblia ya no le resulta tan interesante, tal vez sea hora de meditar más en pasajes que le hayan tocado en el pasado. Ve a estudiar con más profundidad los versículos que recibas el domingo por la mañana, en lugar de continuar obstinadamente con tu plan de lectura diario.
Si tu rutina de oración se está volviendo monótona, puede ser porque necesitas un cambio. Tal vez sea hora de dejar tu lista de oración a un lado y dedicar más tiempo a alabarle, adorarlo o escucharlo. Hay un tiempo para interceder y hay un tiempo para contemplar.
Solteros, si ya no queréis tener citas románticas, si encontráis defectos repulsivos en todos los pretendientes que encontréis, esto no significa que debáis abandonar la idea de casaros. Tal vez sea simplemente porque necesitas tomarte un descanso de tu investigación y cuidar de ti mismo.
“Todo tiene su tiempo. Hay un momento bajo el cielo para toda actividad” (Eclesiastés 3:1 RVC) Incluso Dios no produjo todos los días, descansó el séptimo día (Hebreos 4:10). Es bueno pensar por qué nuestros planes no avanzan, quizás sea necesario hacer algunos ajustes. Pero tal vez no. Ciertamente no deberíamos devaluarnos si no vemos frutos en nuestra vida ahora mismo. Tal vez sea hora de reducir el ritmo y proteger nuestros corazones. Es hora de extender nuestras raíces y proteger nuestro corazón. Es hora de desarrollar nuestra sabiduría para encontrar un mejor enfoque. Es hora de detenernos y afilar nuestro hierro para que luego nuestros esfuerzos puedan ser más efectivos (Eclesiastés 10:10).
No se desanime si siente que está desacelerando. Puede que sólo estés en una temporada de descanso. Disfruta este descanso, aprovéchalo para fortalecer tu relación con Dios y desarrollar tu sabiduría. Dios creó todas las estaciones por una razón. “Tú estableciste todos los límites de la tierra, y formaste el verano y el invierno” (Salmo 74:17 RVC). Habrá primavera. Siempre hay primavera.