Somos verdaderamente privilegiados de ser hijos de Dios. Cuando lo hacemos nuestra fuente, podemos vivir en su descanso y ofrecer ese descanso a quienes nos rodean.
En su primera carta a Timoteo, su querido hijo espiritual, Pablo transmitió varias perlas que aún hoy nos edifican. Tomemos como ejemplo lo que le dice en el versículo 2: “A Timoteo, verdadero hijo en la fe: Recibe gracia, misericordia y paz de Dios nuestro Padre, y de Cristo Jesús nuestro Señor”. (1 Timoteo 1:2 RVC). Si nos detenemos a entender este versículo correctamente, verdaderamente entramos en el reposo y verdaderamente desarrollamos el carácter de Cristo.
“Recibe gracia…” A menudo, los cristianos describen la gracia como un don, el perdón de nuestros pecados. Pero la gracia es mucho más que eso. Es el poder de Dios para llevar a cabo lo que Él nos pide hacer, como Dios le dijo a Pablo en 2 Corintios 12:9 “…Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad…” Podemos agotarnos fácilmente tratando de atender todas las peticiones que recibimos en un día. Pero cuando traemos todas estas peticiones a Dios y le preguntamos qué quiere que hagamos hoy, recibimos Su gracia, fuerza, inspiración e inteligencia para cumplirlas. Dejemos de hacerlo todo con nuestras propias fuerzas, confiemos en Él y dejemos que Su gracia obre a través de nosotros.
“…misericordia…” Amar al prójimo no es fácil. Y es aún más difícil amar a nuestros exigentes jefes o incluso a nuestros hoscos “ex”. Pero si nos volvemos a Dios y dejamos que Su compasión fluya a través de nosotros, no tendremos dificultad en amar. Entonces veremos a los demás con Sus ojos y podremos ser misericordiosos. Cuando alguien es difícil de amar, recurramos a Dios para pedirle compasión.
“…y paz…” Jesús nos da su paz y descanso (Mateo 11:28-30). Obviamente, cuando extraemos nuestra energía de Su gracia y amamos a los demás con Su compasión, estamos mucho más serenos dentro de nosotros mismos. La paz de Dios no es la ausencia de problemas, sino la confianza de que Dios lucha por nosotros y que nada escapa a su mano poderosa.
“…de Dios nuestro Padre, y de Cristo Jesús nuestro Señor” Estos tres ingredientes esenciales nos los da nuestro Padre y nuestro Señor. El mundo nos ofrece soluciones similares: nuestra fuerza de carácter, buenos valores y momentos de relax. Pero aunque estas soluciones no son malas, no hay nada más efectivo que lo que Dios y Jesús nos dan. No olvidemos buscar cada día nuestra buena dosis de gracia, compasión y paz que sólo se encuentra en el Espíritu.
Y cuando estemos llenos de estos tres ingredientes esenciales, tomémonos el tiempo para orar para que nuestros hermanos y hermanas también se beneficien de ellos. Oremos por nuestros pastores, para que tengan gracia, compasión y paz para pastorear su rebaño. Tómate también el tiempo para orar por los líderes de Passion374 en cada una de tus regiones. Oremos para que Dios les dé la gracia para organizar eventos, la compasión para soportar las críticas de los participantes y la paz para no preocuparse por el éxito de sus actividades. Recibe gracia, compasión y paz, pero asegúrate también de extenderla a todos los que te rodean.