Cuando miramos lo que sucede a nuestro alrededor, nos invade la preocupación. Sin embargo, Dios todavía está en su trono y no ha perdido ninguna de sus riquezas ni su amor. Al fijar nuestros ojos en Él, sabemos que Su provisión llegará pronto, ¡incluso en las relaciones!
Corazones caprichosos
Debido a que somos humanos y a nuestra carne no le gusta ser disciplinada, a veces podemos volvernos negligentes, lo que ralentiza nuestro progreso en la fe. Lo importante es no esperar hasta que sea demasiado tarde para volver a Cristo.
Sed prudentes e sencillos, porque Jesús nos pide que
¡Es muy raro en la Biblia hablar de las grandes cualidades de la serpiente! Por eso, cuando Jesús nos pide que lo imitemos, debería sorprendernos lo suficiente como para hacernos pensar. ¿Qué nos enseña este pasaje?
¿Eres digno de confianza?
¡Cualquier buen cristiano responderá “por supuesto”! Al tratar de ser una “buena persona”, automáticamente pensamos que somos dignos de confianza. Sin embargo, hay muchas pequeñas acciones que realizamos que pueden poner barreras en nuestras relaciones.
¡Acuérdate!
El libro de Deuteronomio es el último discurso de ánimo de Moisés antes de la entrada de Israel a la Tierra Prometida. Su discurso repite a menudo el mismo consejo: “recuerda”. Si no podemos esperar a salir del desierto de nuestras relaciones, ¡tal vez deberíamos aplicar este mensaje también!