Cuando pensamos en la perfección de Dios y nuestra naturaleza caída, podemos pensar que es imposible para nosotros agradar a Dios. Sin embargo, no está fuera de nuestro alcance, e incluso es … ¡bastante simple!
Agradar a Dios ... ¡es posible!
¡No es tu celibato!
Muchos solteros están desesperados por encontrar pareja. Sin embargo, el celibato no es una enfermedad ni un problema a tratar. Al contrario, en las manos de Dios, ¡es incluso una oportunidad!
¡Atrévete a hablar!
Sobre todo, no queremos que la gente nos lea la mente. ¡Sería una terrible invasión a nuestra privacidad! Aún así, algunos solteros no se atreven a revelar sus sentimientos. “¡Deberías haberlo sabido, sin que yo tenga que decírtelo!” ¿Contradictorio?
¿Demasiado mayor para casarse?
A menudo escuchamos que el amor no tiene edad y que Dios siempre puede asombrarnos. Pero cuando estamos jubilados y tal vez incluso abuelos, ¿los principios bíblicos del celibato también se aplican a nosotros?
Semillas para cosechar alegría
Oraciones sin respuesta, oportunidades perdidas, corazones rotos… muchas circunstancias pueden hacernos llorar. Pero en las manos de Dios, estas lágrimas son semillas que luego nos darán alegría.