Cuando se trata de matrimonio, a veces la gente lo desea tanto que no pueden admitirlo porque tienen miedo de decepcionarse si algún día no sucede. Irónicamente, pueden perder la esperanza de obtener lo que esperan que Dios les dé algún día.
Corazones caprichosos
Debido a que somos humanos y a nuestra carne no le gusta ser disciplinada, a veces podemos volvernos negligentes, lo que ralentiza nuestro progreso en la fe. Lo importante es no esperar hasta que sea demasiado tarde para volver a Cristo.
Una vida espiritual equilibrada
Como buen jardinero, Dios no sólo se preocupa por la semilla que es su Palabra, sino también por la tierra de nuestro corazón, por el riego de su Espíritu, etc. Para un crecimiento espiritual saludable, necesitamos tanto conocimiento como experiencia.
Estar satisfecho con la propia vida
Rara vez pensamos en nuestra muerte, ¡hacemos todo lo posible para evitarla! Pero a veces es bueno detenerse y examinar la dirección de nuestra vida. Si muriera ahora, ¿estaríamos satisfechos con lo que dejamos atrás?
Conquista nuestros miedos
Para algunos cristianos solteros, salir a conocer a otros solteros es un ejercicio aterrador. Hasta el punto en que se desaniman. Sin embargo, si fijamos nuestros ojos en el Señor, encontraremos el valor para seguir adelante.