A veces nuestra sensación de derrota es tan grande que sentimos que Dios nos ha abandonado. Alternamos entre la ira y la desesperación. ¿Hay alguna solución?
Cuando el fracaso es necesario
Trabajamos duro y oramos para tener éxito en nuestros proyectos. Así que nos decepcionamos bastante, incluso nos derrumbamos, cuando el resultado no es el que esperábamos. Sin embargo, el fracaso también puede ser beneficioso.