A veces hacemos un gesto con buena intención, pero es mal recibido. Pensamos que estábamos siendo generosos y la otra persona se ofendió. ¿Qué hacer entonces? Y lo más importante, ¿podemos prevenir estas sorprendentes reacciones?
Vigilar nuestra actitud
Por supuesto, hacer lo que Dios quiere es muy importante. Pero Dios no quiere pequeños robots. También quiere que nuestras acciones estén acompañadas de una buena actitud.