La vergüenza puede sentirse como un peso sofocante, que nos convence de que somos defectuosos, inútiles o que no tenemos redención. Pero la Biblia no sólo habla de la vergüenza, sino que también nos ofrece un camino hacia la curación.

La vergüenza puede sentirse como un peso sofocante, que nos convence de que somos defectuosos, inútiles o que no tenemos redención. Pero la Biblia no sólo habla de la vergüenza, sino que también nos ofrece un camino hacia la curación.